Ideas para crear una página web de la cual tú y la gente que está en tu empresa se sientan orgullosos
Años después de que nuestras vidas se vieran impactadas por la “supercarretera de la información”, a través de millones de portales, páginas web, triples w o como se les quiera llamar, resulta inexplicable que la enorme mayoría de estos sitios estén mal realizados.
El tema es muy vasto, por lo que estas líneas solo tienen el propósito de brindarte algunas herramientas para saber qué solicitar a la persona o agencia que vaya a crear tu página web o, si ya la tienes, para que tengas pistas en caso de que sientas que no está funcionando o pudiera ser mejorada. Algunos puntos a observar:
Planeación
Plantéate las siguientes preguntas: ¿Para qué quiero una página web? ¿En qué me ayuda? ¿Cuál es la idea central? ¿Sus objetivos? ¿A qué público va dirigida? Es común que el empresario quiera tener una página por el simple hecho de que todos tienen una. Esto no está mal. Lo malo es que no tiene ni la menor idea de para qué y por eso estamos repletos de bits chatarra.
Contenido o arquitectura de información
Las respuestas a las preguntas anteriores te permitirán establecer cómo estará conformada tu página web en cuanto a estructura. Aquí es esencial que tengas en cuenta que cuando una persona accede a tu página de inicio, espera encontrar un texto claro y conciso que diga qué hace y ofrece la empresa, para así corroborar que tu opción es la indicada. De ahí se desprenden los apartados que más importan: servicios, productos, experiencia (clientes) y un texto breve que convenza al visitante de que encontró la respuesta a sus necesidades.
Por favor, si crees que la historia y filosofía de tu empresa es importante, estás en tu derecho, pero estos apartados deben ser secundarios a los anteriores.
No los pongas al mismo nivel ni les des la misma importancia. Es un error común, así como el olvidar incluir en algún lugar de la página de inicio los teléfonos y una liga para que puedan contactarte por correo y redes sociales (Facebook, Twitter, Linkedin, entre otros). Lo que la gente busca es, primero, cerciorarse de que tu empresa es la respuesta y, segundo, tener de inmediato los datos para comunicarse contigo.
Usabilidad
La estructura de tu página debe ser lo más plana posible. Evita que el usuario tenga que hacer más de tres clics para llegar a la información deseada. Si en dos clics el visitante no encuentra lo que busca, lo más seguro es que abandone la página y navegue por otro lado. Se enfatiza todo terminando por no enfatizar nada y lo único que se consigue es confundir al usuario, impidiéndole encontrar con un solo vistazo aquello Si revisas algunas páginas web al azar, encontrarás que la mayoría está repleta de información en la página de inicio. que necesita.
Textos web
Deben ser breves y claros. Este medio tiene sus propios códigos de redacción y sintaxis. No hagas un copy-paste de un folleto impreso. Eso no funciona. En este medio es cuestión de segundos el que una persona quede atrapada por el mensaje que envías. Empieza por incluir lo más importante al inicio de cada párrafo. Si pones atención en los medios impresos, notarás que la tendencia es escribir como se escribe para los medios digitales. Y esto es porque la gente cada vez tiene menos tiempo para leer.
Mantenimiento
La página web es un ser vivo. Una de las ventajas de este medio es que, a diferencia de un material impreso, podemos actualizarlo todo el tiempo. Debemos revisar que la información no caduque e incorporar datos de interés.
En pocas palabras: nuestra página web debe evolucionar al ritmo de la empresa y el entorno. Así como antes solíamos decir que la persona en recepción era la primera imagen de la empresa, actualmente nuestra página web es nuestra tarjeta de presentación. Si está descuidada, olvidada y confusa, pues mucha gente pensará que la empresa está administrada de la misma manera.
Lenguaje
Trata de que tu página esté hecha con HTML 5. Así evitarás problemas de compatibilidad y abrirá en cualquier dispositivo de manera eficaz: tablets, smartphones y cualquier computadora personal. No hay peor cosa que ver un relojito avisando que la página se está cargando.
Olvídate de Flash, pues pronto será historia. El motivo es sencillo: demanda demasiados recursos del hardware y esto ha provocado que no sea compatible con algunos de los dispositivos mencionados.
Consejos adicionales
Ortografía y sintaxis.
Es de no creerse, pero pareciera que a la gente ya no le importa escribir bien. Errores de dedo, frases confusas, vergonzosas faltas ortográficas… no formes parte de esta epidemia. Démosle valor a la palabra una vez más. “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente”, decía Wittgenstein.
Diseño.
Duda de tu buen gusto. Ten la prudencia necesaria para buscar a la o las personas indicadas para construir tu página web e intervén en lo justo. Y más importante: evita que más gente le meta mano. Todo el mundo se siente diseñador o comunicador. Éste es un problema común y la página termina siendo un Frankenstein sin identidad alguna.