
El primero es “Pinocho”, claro, la inmortal obra de Collodi que luego Disney puso en los ojos y las mentes de los niños de todo el mundo. El segundo es “El Tigre de la Malasia”, con las desaforadas aventuras de piratas que narró Salgari.
Y el tercer libro, entrañable y amadísimo, es “Corazón, diario de un niño”, de Amicis.
¡Qué hermoso libro es ése!
Narra las impresiones que un pequeño escolar fue escribiendo a lo largo del año. Empieza precisamente con la descripción del primer día de clases, después del regreso de las vacaciones. Y describe la emoción de ese regreso. Desde luego cada día es un regreso a clases, pues cada día aprendemos algo nuevo.
Pepito fue a su primer día de escuela. Le preguntó su papá: -¿Qué aprendiste hoy en la escuela? Respondió el niño: -Supongo que no mucho, porque mañana tengo que regresar. Todo regreso entraña una alegría. Lo mejor de los viajes, dijo alguien, es el regreso.
Y lo mejor de la escuela es el regreso después de vacaciones. Volvemos a encontrar a nuestros compañeros; se nos presentan nuevos retos y nuevos desafíos. Ir a la escuela es como ir al mundo.
El hijo de Babalucas le pidió a su papá que le comprara una enciclopedia. -¡Ah no! —respondió él con enojo—. Tendrás que ir a la escuela a pie, como fui yo.
Ahora que son los días del regreso a clases disfrutemos esta época del año como se goza una aventura. En este caso la aventura es comenzar un nuevo ciclo de vida con nuestros hijos, nuestros nietos o nuestros alumnos, con todos aquellos que gozan la dicha de aprender o la felicidad —igualmente grande— de enseñar. El regreso a clases es promesa y esperanza; es jubilosa renovación; es volver a caminar después de un tiempo de descanso.
¿Qué debemos tener para el regreso a clase? Debemos tener la ilusión de empezar otra vez; de volver a comenzar la obra que llevaremos adelante. Debemos tener también todo lo que se necesita para ese regreso: los útiles escolares; la nueva ropa que vestiremos; todo aquello que hará que ese regreso sea placentero.
Sobre todo, hemos de hacer ese regreso con alegría, con la alegría del encuentro con los demás y con nosotros mismos. El regreso a clase es algo que tiene mucha clase. Hagamos de ese regreso una ocasión de gozo.